Lejos de resolver la grieta, las elecciones generales consolidaron al macrismo y al peronismo como las dos grandes potencias en la disputa de poder. En Santa Fe, provocó la licuación de Consenso Federal, el armado al que apostó el socialista Miguel Lifschitz como expresión de una "tercera vía".

En la provincia, la candidatura de Roberto Lavagna sufrió una sangría de casi cuatro puntos que fue una de las claves para el triunfo histórico de Juntos por el Cambio. La otra fue el aumento de electores que se volcó masivamente al macrismo que recuperó más del 12 por ciento revirtiendo los 10 puntos que le había sacado el Frente de Todos en las PASO.

Los 190 mil votos que cosechó el ex ministro de economía le permitió al socialismo colar a Enrique Estévez en la Cámara de Diputados y cumplir con su principal objetivo. Pero ahora, el partido de la rosa enfrenta un desafío de dimensiones: cómo reconstruir el Frente que gobernó Santa Fe durante 12 años y la Municipalidad de Rosario por tres décadas.

En el entorno del gobernador Lifschitz advirtieron a LPO que el socialismo "no va a ir a la cola" y junto con los radicales progresistas de NEO que conduce Carlos Fascendini y Maximiliano Pullaro, como principales aliados, intentarán mantener un espacio independiente desde la Legislatura provincial.

El riesgo latente de esta estrategia es que el PS entre en contradicción con su propio electorado que en su gran mayoría tomó partido en la polarización y terminó votando por Macri.

"Hoy no creo que haya un voto ideologizado", desdramatizó en diálogo con La Política Online, Enrique Estévez, diputado electo y reconoció que "mucha de la gente que votó a Macri votó al Frente Progresista del mismo modo que ocurrió con Fernández".

 Mucha de la gente que votó a Macri votó al Frente Progresista del mismo modo que ocurrió con Fernández 

En el socialismo ponen de ejemplo las elecciones provinciales donde en Santa Fe Capital, eligieron de intendente al candidato del Frente Progresista, Emilio Jatón, a Lifschitz para Diputados, al peronismo para el Senado y a Perotti como Gobernador: "la gente elige equilibra, no le da todo el poder a una sola fuerza", analizan.

Por el lado de Cambiemos, no descartan que en algún momento se produzca un acercamiento del socialismo aunque consideran que "Lifschitz avanza en una línea pero después declara en otro sentido y eso quita previsibilidad", afirmó a este portal una fuente calificada.

Sin embargo, en el peronismo afirmaron que "hay una comunión entre el socialismo y el macrismo en la provincia que se vio en un corrimiento notable de votantes del Frente Progresista a Juntos por el Cambio", sostuvo Luis Rubeo a La Política Online.

 Hay una comunión entre el socialismo y el macrismo en la provincia que se vio en un corrimiento notable de votantes del Frente Progresista a Juntos por el Cambio 

"El lifschitzmo, que no es todo el socialismo, está claro que buscará puntos de acuerdo con el macrismo como lo viene haciendo en muchas oportunidades en la Cámara de Diputados para construir un frente antiperonista", aventuró Rubeo.

La otra incógnita en el Frente Progresista se posan sobre los pasos que dará en Pablo Javkin quien, según adelantaron en el radicalismo, priorizará la gestión de Rosario que arrastra una delicada situación económica y a la que tendrá que hacer frente a partir del 10 de diciembre.

Javkin se mostró con Alberto Fernández y con Mauricio Macri cuando visitaron Rosario como candidatos y mantiene un diálogo casi diario con el gobernador electo Omar Perotti que se limita a los problemas que deberán afrontar a partir del 10 de diciembre, aseguran.